martes, 23 de marzo de 2010

YA NADA TENÍA SENTIDO.

Era increíble lo que estaba descubriendo.
Había decidido abrirlo de una vez y ver la causa de su problema y se puso en marcha... Tenía que encontrarla.

Cogió sierra de carpintero y sacó la tapa superior y se miró al espejo.

Sus ojos desorbitados no podían dar crédito a todo lo que allí se reflejaba.
Sabía que era sumamente complejo y que para dar con lo que ella buscaba le costaría mucho, mas la verdad, tanto...

Lo primero que notó fue un asqueroso olor a quemado; las neuronas ardían por doquier... pero aún así, intentaba dar con la causa de tal desastre y comenzó a separar cada región que lo componía con sumo cuidado de no destrozarlo mas, y encontrarla...encontrarla... se repetía una y otra vez.

Los neurotransmisores chamuscados, soltaban chispas = mal funcionamiento.
¿ Cómo reparar semejante desastre?.

Tomo la decisión de hacer limpieza y fue poniendo sobre la mesa el lóbulo frontal, el temporal, el parietal, el occipital, las Áreas de Brodmann, la ínsula y la corteza cingulada, y en una bañera ya preparada para tal menester, llena de agua y lejía, fue sumergiendo cada una de las partes hasta dejarlas impecablemente limpias y desinfectadas... y encontrarla...

Eso si, con tal acto, había perdido por lo menos la mitad de sus 22.000 millones de neuronas, pero confiaba en poder seguir adelante...total si las estirabas en vez de alcanzar 2.000 cm cuadrados, con la mitad, mira tu por donde, andaría más ligera.

Recordó lo que había leído ese mismo día:

En el campo de la inteligencia artificial existe una paradoja denominada paradoja de Moravec. Esta dicta que, de forma antiintuitiva, el pensamiento razonado humano requiere de poca computación, mientras que las habilidades sensoriales y motoras, no conscientes y compartidas con otros muchos animales, requieren de grandes esfuerzos computacionales. Como Moravec dijo: «es fácil comparativamente conseguir que las computadoras muestren capacidades similares a las de un humano adulto en tests de inteligencia, y difícil o imposible lograr que posean las habilidades perceptivas y motrices de un bebé de un año».

Osease, por mucho que lavase y escurriese, jamás quedaría reducida a lo que ella temía más que nada, y era el quedarse convertida en un boot, uno de esos que andan por ahí haciéndose pasar por humano... por eso tenía que encontrarla...

Notó que según iba colocando cada pieza en su sitio, su funcionamiento ya no era igual.

Comenzó a no sentir las piernas, la mitad de la cara le quedó sin vida, la vista comenzó a fallarle y un dolor de cabeza y la falta de tacto de sus dedos hacían imposible acabar con lo comenzado...

Mas lo peor no fue eso. Lo peor es que lo que ella había ido a buscar allí, donde dicen que se encuentra todo, no estaba, no aparecía por ningún sitio...¿ Dónde estaba su alma?, ¿ Porqué no se encontraba allí, dónde todo está?.

Sólo quería borrar, hacer desaparecer aquella sensación de una vez por todas, sensación mucho mas desagradable y agónica, que el no sentir las piernas, ni la cara, ni quedarse ciega, ni aquel dolor de cerebro, ni la falta de tacto.

Ahora ya nada tenía sentido... ¿para qué continuar esforzándose en recomponer, si allí no estaba...?.

Se dejó caer sobre la mesa, con la bañera medio llena, y parte de su cerebro ya colocado, se desperdigó por la mesa cuando apoyó la cabeza en sus brazos y cerró los ojos.

Ya nda teia sntdo... a nda mptaba... y ada... ... .. .. . .


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