domingo, 11 de noviembre de 2018

NO, NADA DEBÍA DE HABER SIDO ASÍ.

  



No, nada debía de haber sido así.
Mira hacia el infinito y una niebla lo cubre todo.
No, no debía de ser así, pero lo fue porque no estaba preparada y la cogió por sorpresa. No  supo reaccionar. Sus palabras no fueron lo que ella quería.
No, los perdones  rancios, solo son eso, rancios, los perdones por temor solo son cobardías, los perdones por interés solo son egoístas.
Además ella no esperaba un perdón, porque la que tenía que perdonar era ella, y ya hacía mucho que lo había hecho, por amor, por comprensión, por compasión y por dolor.
La conocía y sabía que nunca le guardaría rencor ni odio. Solo le quedaría un dolor que lo llevaría allí dentro, porque el amor siempre estará ahí cuando es tan profundo que rompe toda coraza, envuelve el alma y se pega a tu corazón. Y ocupa ese lugar aunque tú no lo quieras y sepas que no fue compartido, sino una mentira de una mujer que no reconocía que no le gustaba ser mujer e iba por ahí con su doble personalidad buscando lo que no se atrevía en su vida real.
Un amor pasado, pero el amor cuando se siente de verdad, nunca muere, aunque se pueda amar a más, a muchos más.
Recuerda cuando salió del letargo y comenzó a dejarse follar por todo aquel que la deseara para castigarse por haber sido tan ilusa.
Recuerda los amores que provocó y que no buscó y a los que se negó haciendo daño, pero sin querer.
Recuerda otro amor-mentira del que se sacudió y dejó en el olvido.
Recuerda el amor que vive ahora, sosegado, sin pasión, pero con complicidad de alguien que la quiere de verdad. De alguien real que la abraza cuando lo necesita, sin más, porque ya no pide más.
Ahora  se odia por haber cogido una llamada con número privado. ¿Necesitaba un número privado para quién nunca la molestó? ¿ a pesar te tantos años?. Primer síntoma de ese perdón rancio.
No, no debía ser así, pero lo fue, y le dejó un mal sabor que no esperaba. Solo lo esperó hacía ya muchos años, pero quien no se siente culpable no sabe pedir perdón, sino que se esconde y huye aunque no le den motivo para hacer eso, para hacer nada porque nada le pidió, solo esperó pero en la distancia. 
Esperó el porqué, la verdad y la tuvo que buscar y la encontró. Verdad que no quería aceptar porque jamás se la puedo haber ni imaginado, no.
¿El amor no tiene sexo? Sí lo tiene, pero cuando hay piel, porque cuando no la hay el sexo no existe sino que solo la complicidad y un montón de sentimientos profundos que estallan en mil  y el sexo es uno de ellos, parte de esa explosión.
Y lo aceptó, incluso con una sonrisa cuando superó el susto. ¿Hacía falta mentir? Pues no, no hacía falta mentir. Lo que tendría que pasar pasaría sin más. Y para buscar solo una amistad, no se engaña y se cuelga un colgajo entre las piernas para engañar. Colgajo que no tiene y esperaba de corazón que lo llegara a aceptar y que fuera feliz como decía ser, aunque en su voz no lo había sentido y ella sentía todo por mil años que pasaran.
Ahora sí tenía motivos ya para cortar ese hilo que pensó que era imposible de romper. Y cogió las tijeras y lo cortó.
Ahora solo espera que ella fuera capaz de hacer lo mismo si es que alguna vez lo sintió de verdad como ella lo había llevado pegado al alma durante tantos años.
Ahora sí maitea, ahora sí.

fOTO:  María del Carmen Leiro Chazo sacada en la capilla de A Lanzada.




domingo, 22 de julio de 2018

ALAZNE G. G.


Que sí, que han pasado los años.
Que en mi cara surcan arrugas ya de unos cuantos años más. Pero te diré que no son arrugas de vejez si no de sabiduría.
Aquí me tienes con la cara lavada, si, pero ya sabes bien, que mi cara siempre estuvo limpia y me conciencia mucho más.
Que hace años, muchos años ya, pude amargarte la vida a ti y a esa cosa que me rompió el pc con aquella grande carota, fea de tanta maldad y locura.
Que si, que hace mucho pude ir a por ti y  darte a conocer en el mundo mundial. Que me contaron muchas cosas, que anduvieron por ahí buscándote hasta dar contigo y con la loca, esa loca que se hacía llamar Mar... mar  negro y trastornado. No ese mar que a ti tanto te gustaba, mar bravo y difícil de navegar pero que cuando lo conseguías no había felicidad mayor.
Que me contaron que dieron con cuentas, con direcciones, nombres y apellidos y mucho más.
Pero de aquella me conocías y sabías que yo no iba a ir a por ti, sino que te haría sufrir como tú me hiciste a mi. Y sé que así fue, desde el momento en que mandaste a la loca a pedirme perdón y que no me querías perder.
Pero ya sabes que yo si algo no perdono es la mentira y tú maitea no eres mentira, tú eres LA MENTIRA, y eso jamás te lo perdonaré.
Aguanté leer que te burlaras de mi con la otra, que te rieras  de lo mal que escribía y de lo idiota que era y de lo LOCA que estaba y que yo no era nada en tu vida, nada, solo una parva más.
Esa parva que te aturó mañana tarde y noche y madrugadas, largas madrugadas en las que no podías dormir, en la que me mandabas un sos pidiéndome auxilio que te morías y yo, tonta de mi, siempre estaba ahí.
También sé que mientras cantabas conmigo mandabas las grabaciones a otra con la que jugabas también para que cantara contigo y luego reirte de ella conmigo.
Mi amor, se tantas cosas, tantas cosas de ti que ya sabes... ni tu madre que supongo que en paz descanse, conocía de ti,porque ni tú conocías. Solo tenías esa maldad enfermiza de hacer daño sin lastimarte la conciencia.
Hoy te voy a recordar una cosa que hablamos tantas veces y es de ese hilo que jamás se rompería por mucho tiempo que dejáramos de hablarnos. ¿recuerdas? claro que si. Y lo recuerdas porque yo dejo huella, una huella profunda que duele allí adentro, aunque luego te cachondees con la loca de todo lo relacionado conmigo.
Alex Alenxandrita, tras este intento de querer robar lo único que me quedaba bonito de ti, pues yo aún así, con el tiempo, saqué lo bueno y aparté lo malo para olvidar, pues hoy, tras pensar mucho y tras mucho pensar (dile que me repito porque quiero), y con todas esas arrugas que  ves en mi rostro de experiencia, sabrás que voy a ir a por ti.
Pero no voy a ir a matarte ni echarte nada en cara,sino para hablar con alguien a quien a ti te importa verdad? Si, claro que te importa y eres tú Alazne. A los demás los dejaré de lado con sus problemas mentales, sobre todo a Iñaki que de ese hasta el culo conozco ja ja ja. Culo público.
Que hay familias difíciles que tras un infancia complicada, los hijos salen trastornados y la mayoría no le pone remedio, Qué se le va a hacer!
Pero los demás no me importan, sino tú. Por eso Alazne pronto nos vamos a ver, si, más pronto de lo que piensas y de paso me presentas a Niko que tengo ganas de saber lo guapo que es, y que espero que no hayáis jodido también, que el pobre ya tuvo bastante verdad?
Y tú mar de los infiernos, mar esquizofrenica mar mierda tú.. ay tú! Que no, que no lo voy a perdonar por segunda vez,no no no... ¿me conoces verdad? Pues ya no me conoces maitea.
Y no escapes que pondré pasquines por todo Lekeitio diciendo quien eres y lo que estás haciendo, porque de esa enfermedad solo se sale con un buen psiquiatra y un buen tratamiento y muuuucho tiempo eh?
O si quieres para el infierno no tienes nada más que ponerte en contacto conmigo. Mi correo es el de siempre, mi tlf 607 747 754 y mi facebook es Carmela Leiro.
Que clara soy verdad? Que poco guardo mi intimidad y gracias a eso di con tanta gente buena, que no lo sabes bien. De ese tipo de gente que vale la pena como amigo toda la eternidad.
Así que tú decides maitea. Podemos hablar claramente aunque sea por este medio o aparezco ahí.
Y dile a la loca hacker (que me pega la risa y cuidaba tus cuentas y tu identidad) y al final fue una poca mierda pinchada en un palo, que no tiene nada que hacer más que callarse no vaya a hacerle también una visita y hablar con su marido.. si es que sigue casada y no la mandó al carallo( palabra que conoces bien y se la puedes traducir)
Pues nada más, y aquí queda eso. Que me da pena poner este post en mi blog, pero ya veo que es necesario, muy necesario.
Te espero maitea o me esperar tú a mi? Ahí te dejo la decisión, pero no por mucho tiempo eh?



miércoles, 31 de enero de 2018

ADIÓS PAPÁ. MI ÚLTIMA DESPEDIDA





Hoy he vuelto a coger mi cuaderno y mi boli, mientras escucho a mi padre tirar el aire hacia sus pulmones con dificultad y esfuerzo. Hoy quise definir lo que hace mi padre en sus últimos momentos, y la palabra que me sale es "luchar".
Quien le ha conocido en  vida, todos vosotros, los que ahora mismo nos estáis acompañando en este momento de despedida, sabéis que mi padre siempre fue un gran luchador, pero que su meta no era llenarse de oro, sino el nunca haberse parado en la vida, el buscar como conseguir dar de comer a una familia con siete bocas en los tiempos que le tocó vivir. Una lucha que fue ardua, de muchas días sin pegar ojo, sin vacaciones, sin un día a la semana para disfrutar de los suyos.
Yo lo recuerdo así, siempre trabajando, y lo que de pequeña me parecía ausencia, ahora sé que fue sacrificio.
Claro que no fue solo él  el que lo consiguió, sino que tuvo a su lado a una mujer que sabía como multiplicar los panes.
Mujer a la que en sus dos últimos años de vida no dejó ni a sol ni a sombra, siempre a su lado, siempre intentando distraerla, mostrando ese amor que  tenía dentro y le fue difícil mostrar hasta ese momento.
También los que aquí estamos y conocíamos, sabemos que no fue un gran orador, pero cuando decía algo, de su boca brotaban palabras sabias, claras y llenas de libertad y razón.
Esa palabra " libertad" fue mi padre quien me mostró su significado y nunca dejaré de agradecerselo.
Hombre de gran corazón, hombre sin rencor, hombre que escondía una sensibilidad que hasta nosotros sus hijos, no descubrimos hasta bien tarde.
Ver su cara cuando salían imágenes de las víctimas de las guerras huyendo. abandonadas y despreciadas, playas llenas de cuerpos que escupía el agua tras un mal viaje en patera, niños esqueléticos sin los más imprescindible para vivir... y por otro lado, la impunidad de esos ladrones de guantes blancos riéndose de esas y todas las demás miserias... ver su cara emocionaba, ver su ira y su dolor emocionaba, verlo y escucharlo emocionaba....
No, mi padre no era un santo, sino, como a mi me gusta decir, asquerosamente humano, muy humano. Era un hombre con falta como todos nosotros. Pero lo que sí puede decir y lo hago con mucho orgullo, era que era un buen padre, un buen amigo y una gran persona. Así, tal cual, sin ansia de poder, porque para él, esa palabra significaba pecado. Y es que su ansia siempre fue ganarle la batalla a la vida, con toda la honradez posible, porque si algo era mi padre hasta la médula, era honrado y  todos vosotros lo sabéis.
Por eso creo que si alguna vez pecó, se ganó con creces el perdón. Y sé que ahora, allí, en donde se encuentre, cuando pongan en la balanza de la vida sus fallos y sus virtudes, aprobará con buena nota el examen de su vida y actos.
Por todo ello, voy a pedir a quien así lo sienta, que lo despida con un gran aplauso, no por ser poderoso en oro, ni en títulos, sino por ser un buen hombre y un gran luchador.


Solo decirte que te echaré de menos, aunque la vida no me dé tiempo a poder hacerlo como a mi me gustaría, en soledad, con tranquilidad, con dolor al sentir tu ausencia, con mucho dolor, pero sabiendo que allá en donde estés, no te olvidarás nunca de mi, de nosotros.
Sabrás que Blanquito te busca y no te encuentra  papá y ahora se queda con Ana esperando llegues algún día. Inocencia  que en algún momento a todos nos gustaría sentir.
Te quiero papá.