sábado, 25 de mayo de 2013

ESTA NOCHE



Esta noche soñé contigo.
Nada había pasado, todo era igual y yo sonreía.
Mis ojos, secos, miraban el horizonte y una estela de luz plateada era sendero sobre el mar que compartíamos.
Esta noche soñé contigo y el futuro no estaba.
Solo un presente con mariposas en el estómago y carcajadas al aire, y nada importaba.
Pero llegó la mañana y el sueño se esfumó cuando al abrir los ojos, tú no estabas.
Y ya no había sonrisa ni horizonte, solo lágrimas y sabanas frías.
Por más que quise cerrar los ojos, ya no pude, y otro mar  volvió a recorrer mis mejillas, único sendero que ahora existía.

Pero esta noche soñé contigo y volviste, aunque ahora ya no estés.

Foto: Carmela

jueves, 23 de mayo de 2013

¿ILUSIÓN?¿PASIÓN? Escrita por Jaumerei



Es ilusión, desear, tu cuerpo,
en la distancia ansío ese momento.
Es ilusión devorar tus labios,
labios que invitan en la lejanía,
prometen, incitan, susurran,
prometen mil locuras.
Es ilusión querer oír de tu boca,
el desgarro del placer pleno,
esos quejidos entrecortados,
esa apoteosis íntima de placer,
que todo tu cuerpo estremece.

Será pasión, ardiente fusión,
cuando nuestro cuerpo se unan,
cuando mis ojos lean tu cuerpo,
mis labios hablen con tu piel,
sin distinciones, sin reservas.
Será pasión cuando mis manos
recorran todo tu cuerpo,
cuando mi lengua recorra,
esas ocultas oquedades.
Será pasión, sin fin, desnuda,
cuando al entrar en tu cuerpo,
nos empapen los fluidos,
nos rompa el placer el cuerpo,
dejándonos en la sonrisa,
en la mirada,
la ilusón.

Foto: Carmela







martes, 7 de mayo de 2013

UNA PULGADA, NO UNA BRAZADA




Hecha de nylon y caucho estiro y encojo ,a golpes de vida.
A veces tarda meses, otras varias el mismo día, y eso me agota.
Ya no estiro lo que una brazada, sino lo que una pulgada y soy pequeña.
No me había visto nunca así, poco útil, inútil.
Y la vida me cedió y me recortó. Sé que es contradictorio, pero es así como me siento.
Y ahora tira y tira, pero no doy más que una pulgada, aunque mis nervios de caucho antes dieran una brazada.
Y vale que yo no me diera cuenta, pero ella sí lo sabe y yo le ruego que no tire más, porque cederé de todo y romperé. Y cuando esté rota ya no serviré para nada.
Ahora sé que estoy forzada y ya no doy, pero también sé que con unas tiradas más me deshilacharé y acabaré para siempre de ser útil.
O quizás es lo que deseo, acabar de una vez, porque ya solo doy lo que una pulgada, y no la brazada que hace, daba.

Foto: Carmela