sábado, 6 de marzo de 2010

UN BÚHO PARA TI


Hace ya años...ya algunos, me decidí a comenzar una colección.
De aquella, mi piso era pequeñito y el espacio escaseaba, así (aunque mi gusto por las cosas pequeñitas es de toda la vida), comencé a recopilar búhos de todas las clases.
Me fui a una tienda de antiguedades y me compré este mueblecito que veis Y búhos de todos los materiales, madera, conchas, cristal, plata, cerámicas y de diferentes lugares,fueron llenándola poco a poco, hasta dejarla a rebosar, búhos que compraba poco a poco o que me iban regalando en ocasiones especiales..incluso sin ocasión especial.
Con el tiempo, se me quedó pequeña y dejé allí aquellos que más significaban para mi, desde uno comprado por una hija en un "todo a cien", hasta otro de cristal de bohemia con adornos en oro.

Ayer me puse cara a ella, después de mucho tiempo,( pues pasaba por su lado y ni se fijaba), y abrí sus puertas.
No hay que vivir del pasado, pero tampoco olvidarlo, y una sonría cubrió mi rostro al recordar la llegada allí de alguno de ellos.
Recordé el porqué de que fueran búhos y no otra cosa lo que había coleccionado y me di cuenta de que mi afán por que llegará algo a mi vida que me hiciese feliz, que me diese suerte ya era de antiguo, de muy antiguo.

No es que no fuera feliz de aquella; mi vida estaba plena, llena del amor de mis hijas, un matrimonio tranquilo, una familia unida...no, no era por eso la colección... sino mi búsqueda interior por algo que a mí misma, como persona individual, me hiciese feliz.

Es difícil de explicar... quizás sea egoísmo, o quizás afán de poder un día reír conmigo misma y ser mi amiga. o... La verdad no se como explicarlo con palabras, pues estas siempre me faltan, siempre se me quedan cortas. El caso es que ahí, delante de mi, estaba la muestra de mi lucha ya de antiguo.

Lucha que hace tiempo dejé de lado, pues todo dejó de tener sentido, y la estantería cubierta de polvo e ignorada era la mejor muestra de ello.

Al mismo tiempo, me vino a la memoria, las palabras de un gran cantante y poeta que yo admiro muchísimo y tuve el gran placer de ver en uno de sus conciertos estas Navidades, Alberto Cortez, para mí un genio de las letras y sentimientos.
En ese concierto,(yo lo llamaría reunión de amigos), pues es como nos hizo sentir a todos los presentes, pronunció unas palabras que no se si son suyas o de otro, pero que a mi, en aquel momento, me dejaron huella, unas palabras que hicieron rodar lágrimas por mis mejillas:
-Un hombre sin sueños es un bulto sospechoso.

Estas palabras se me han quedado clavadas en la mente desde que las escuché y, aunque intento olvidarme de ellas y pasar de largo, retumban ahí cuando mi espíritu se abandona a la nada, cuando me convierto en "un bulto sospechoso".

Cogí mi último búho, que había llegado a mis manos inesperadamente, pues alguien se lo tubo que decir, un búho traído de Argentina regalado por Juan Carlos Cambas, y volví a sonreír.
Este no lo puse en la estantería, sino que lo dejé cerquita de mi, en mi mundo de 30 metros cuadrados, donde paso, como poco, 20 horas de mi día sin salir.
Este búho estará ahí y le miraré cada vez que quiera volver a ser un "bulto sospechoso", para recordarme la ilusión, la esperanza hacia algo mío, hacia mi misma como persona.

No sé si es que habéis entendido, se que soy muy mala expresando lo que siento, pero por último os diré, que a aquellos que se sientan igual o que, incluso sin saberlo, sean bultos sospechosos, yo, desde mis 30 metros cuadrados, os mando un búho de estos, para que como poco, vuelva a brillar una pequeña sonrisa en vuestro rostro, como lo hizo en el mio.
Un beso a todos.

Foto: Carmela.

No hay comentarios: