viernes, 26 de marzo de 2010

JARABULLO


Jarabullo (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), quedó sorprendido cuando una ola rabiosa le dejó en aquella playa extraña para él.

Ni aquella arena, ni aquel paisaje, ni aquel cielo se parecían en nada a aquella tierra que había dejado atrás, cuando un día en que paseaba con su novia Jarabulla, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná, en femenino), por su bonito bosque cogidos de la mano declarándose amor eterno, vino una ola traicionera y le arrastró hacia aquella aventura.

Flotando entre olas, chocando con rocas en medio del mar, batiendo contra popas de barcos, subido en espaldas de ballenas y hasta utilizado por alguna gaviota simpática a quien le gustó hacer surf sobre las olas, había pasado parte de su vida

Ahora, allí parado no sabía como ponerse en pie. Pero tras un gran esfuerzo lo consiguió, aunque
tambaleándose un poco después de tanto tiempo mecido en el vaivén del mar.

Y comenzó a caminar sin saber que rumbo coger. Eso que ya era un gran marinero, curtido por tanta sal y tanto golpe marino, mas tierra firme, sólo conocía la suya, su bosque.

Jarabullo (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), cogiendo fuerzas, comenzó su andadura por aquel lugar buscando cuál sería su próxima aventura, pues ahí no podía acabar su historia, no, nunca quedaría parado, sino que seguiría para adelante pasase lo que pasase.

Y oteó el horizonte buscando un camino que seguir, cuando mirando a lo lejos( Jarabullo no había perdido sus lentes de (pobre jarabullo canijo y retorcío que no sirve pa ná miope), se fijó en aquellas vallas tan hermosas, que rodeaban aquella playa. Vallas derechas y lijadas que daba gusto mirar.

Jarabullo, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), sintió un poco de verguenza al compararse con aquella linda madera, mas siguió caminando intentando descubrir algo que le guiase.

Se dirigió a aquellos palos, un poco avergonzado, y se encontró con unas bellas escaleras, perfectamente alineadas, brillantes y pulidas, sobre las que tendría que pasar, a pesar del deseo de escapar de allí, tras oír las risitas de burla de estas, cuando le vieron desde abajo, tan ridículo y retorcido.

Jarabullo, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), a pesar de todo, intentó hacer oídos sordos y siguió hasta que pasó por una preciosa casita hecha de madera de carballo,(roble), de la mejor calidad. Madera pintada de bellos colores, y orgullosa de estar allí.

Y siguió escuchando aquellas risas de burla, cuando se dio cuenta de que aquella sería su nueva aventura; convertirse en algún peldaño de escalera o parte de alguna bonita verja, que le hiciese sentir tan orgulloso de sí como aquellas otras maderas, ahora burlonas y pamplineras.

Jarabullo, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), se topó de frente con una finca llena de maderas aún no tan bonitas como las vistas anteriormente y apiladas en grandes montones.

Así que se comprendió que por fin había llegado, y javeándo, (escalando), por encima de ellas, esperó pacientemente que algo o alguien obrase maravillas con él.

Mas cuando se acercaron unos hombres a coger mercancía para trabajar, al verlo encima tan jarabullo, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), de un manotazo le apartaron, haciéndolo volar, cayendo en el suelo, triste y despreciado.

Pero eso no podría con él, Jarabullo era mucho jarabullo, (dos veces palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), y esperó que anocheciera y aquellos seres sin sentimientos se marchasen hacia sus casas y dejasen aquel lugar solo, a expensas de los planes de nuestro amigo,(no repito nombre para no cansar).

Cuando todo quedó en silencio, se acercó a una puerta de donde, tras llevarse a unas no tan hermosas maderas, las sacaban de allí, que parecían modelos de pasarela.

Cruzó el umbral,(de madera pulida y barnizada, (que también se rió de él), y se adentró en aquel taller donde había extrañas máquinas de todo tipo.

Jarabullo, (palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), reconoció enseguida cual sería la que obrase maravillas en él, cuando apoyadas en una de aquellas máquinas, vio unas bonitas patas de mesas, retorneadas a la perfección.

Había dos botones, y por el color de los faros marinos, se imaginó cual sería el que diese comienzo a su nueva aventura. Se acercó, le dio un golpe y se colocó frente a una cinta que corría hacia el centro de su ilusión, de la cual saldría hecho todo un Adonis.

¿Quién se burlaría después de él?, ¿quién tendría la osadía de no admirar su figura, su garbo, cuando formase parte de las patas de una gran mesa de salón?, ¿quién?, ¿eh?.

Jarabullo,(palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), salió de aquella máquina convertido en un montoncito de palillos. Se había confundido de máquina, pues lo que se ve no es siempre lo que parece, y aquellas patas de madera, no estaban colocadas en el sitio correspondiente.

Mas nuestros amigos(¿lo digo?) Jarabullitos,(palos canijos y retorcíos que no sirven pa ná), fueron los jarabullos mas feliz del mundo, cuando en una mesa de un gran salón de comidas, tras una buena cena de grandes autoridades, los colocaron en un hermoso recipiente y unos dedos deseosos, los cogieron con sumo cuidado, metiéndoselos en la boca y besándolos, mientras nuestros jarabullitos, (no lo digo mas), fueron felices en tan gran aventura.

Y como digo, no todo es lo que parece... así que tras esta bonita aventura, habría una segunda y una tercera... pues la materia nunca se acaba, sino que se transforma.

Y colorín colorado, la loca aventura de nuestro amigo Jarabullo,(palo canijo y retorcío que no sirve pa ná), se ha acabado... Y yo me piro....Agurrrrrrrrrrrrrrrrrr.

Foto: Carmela.

No hay comentarios: