Hoy tuve una larga conversación con una amiga, sobre eso mismo, los valores de la amistad.Hablamos de la vida con todas sus consecuencias... estábamos muy transcendentales.
Tanto que hubo lloros, risas, silencios y preguntas sin respuestas y respuestas a muchas preguntas.
Mi amiga esta segura de si misma, es consecuente con sus acciones, no se toma la vida a la ligera, pero ella es ligera como una pluma.
Desde luego no es perfecta, como no lo somos nadie, pero tiene unos valores muy grandes que yo admiro.
Alegría, con pensamientos irónicos difíciles de superar.
Lágrimas puras y limpias, no sucias y malolientes como un día describió equivocándose.
Dolor propio, dolor ajeno, pues su alta sensibilidad es innata en ella.
Honestidad, si, orgullo de su honestidad y de llevarla siempre por delante.
Valentía, algo que poca gente sabe ni que existe esa palabra y a ella no le hacen falta nada más que su corazón para llevarla a cabo.
Y lo que más admiro de ella, SINCERIDAD, virtud que "alguien" quiso borrar, alguien que no sabe lo que significa siquiera, aunque utiliza mucho el diccionario de Maria Moliner.
Mi amiga tiene defectos, pero como todo el mundo, aunque "alguien" la quiso tachar de ejemplo de defecto y maldad.
Hoy mi amiga me contaba que se quedó con los ojos de una cara que ella conocía, pero que no la conocían a ella. Y que vio ojos extraños, aunque tampoco le metieron miedo.
Yo le dije que fue muy afortunada, pues yo, con lo único que me quedé fue con otra cara pero con un solo ojo, cara que alguien un día me dijo que era suya y yo no supe ver.
Cara que cada vez veo mas nítida, mas clara, mas... simplemente Su cara.
Y hoy estoy preparada para decirle a esa triste y patética cara..."Que te vaya bonito", aunque estoy segura que a partir de hoy, lo que menos le irá, sera "bonito", ni siquiera del norte.
Foto: Culo Anónimo.
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