jueves, 15 de octubre de 2009

PAYASA


Ya había llegado el momento. No soportaba ir por la casa tropezando en cada esquina con alguna tontería que le recordara a él.
Se lo había llevado casi todo, pues poco había traído con él, así que le fue fácil y rápido recoger todo en un momento y desaparecer.
Fue al cajón donde guardaba las bolsas y , cogiendo una, la abrió y se dirigió a la sala.
Allí sólo encontró unos libros que se había dejado, un cuaderno y una pluma.
Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando recordaba su figura recostada en el sofá leyendo ese mismo libro que, con dolor, metió en la bolsa del olvido.
Después fue a la cocina. En la nevera encontró sus pimientos, tomates, rábanos,pepinos... todos los vegetales que utilizaba para hacer su revuelto de vegetales que tanto le gustaban Fueron a parar al mismo sitio que los libros.
Lágrimas y más lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas,
Qué dolor tan grande. Aún no podía entender nada. No fue capaz de comprender cuando descubrió que toda su historia había sido una mentira. Cuando se había quedado con ella, porque en ese momento la necesitaba y tan pronto se le abrió una puerta, se fue sin dar explicaciones, sin dar motivos, sin mirarla siquiera como si ella no hubiese sido nada en su vida, sólo una etapa de la que era fácil desprenderse sin más, sin disculpas, sin explicaciones. Sólo cogió sus cosas y dijo que se iba para no volver, a pesar de las preguntas de ella, y de verla desesperada queriendo entenderle y pidiéndole solo motivos y razones.
No le importó nada; cogió la puerta y se largó.
Acababa de llegar al dormitorio...que duro recordar aquellas noches de amor, de abrazos, de caricias, de deseo, sólo que la palabra "amor" ya no entraba en su historia, no podía si no dio explicaciones.
Recordaba cuando le decía que le hacia un sitito a su lado, cuando la agarraba por la cintura y le besaba el cuello, cuando sus manos bajaban buscándola y su sexo taladraba su espalda...Recordaba sus palabras de amor, sus "te quiero", sus "eres única", sus "te deseo", escucharlo jadear de placer, gozar hasta llegar al éxtasis con ella.. cuando se elevaban y perdían la noción del tiempo y el lugar...su respirar, cuando se quedaba dormido muy agarrado a ella, y le oía tranquilo, relajado...
Sólo había dejado allí, una camiseta vieja, que fue a parar a la misma bolsa y sus zapatillas.
En ese momento se vio ella,... ¿por qué andaba siempre desnuda?, ¿por qué no había aprendido a taparse, a protegerse? Ella era así, natural y veía a todo el mundo igual... a todos.
La última estancia fue el baño...no cesaba de llorar cuando se veía con el en la ducha abrazados, haciendo el amor de pie, de rodillas...cuando, al acabar rociaba su cuerpo con aceite, la cogía en brazos y la llevaba al dormitorio...recordaba...¿por qué andaba siempre desnuda?...
Y se miró en el espejo. Al ver su rostro reflejado en él, ya no hicieron falta más palabras. Allí tenía la respuesta a todo y ella sin verla.. que tonta había sido, que tonta.
Vio su cara de payaso, si, de payaso triste, con el maquillaje corrido por las lágrimas, pero por fin vio tan cual era ella y , topándose la cara, salió de allí corriendo, dejando la bolsa en el suelo.
Sintió el timbre de la puerta. Se sobresaltó, no esperaba a nadie.
Se dirigió a ella y la abrió.
Vio su rostro y se quedó paralizada. Vio un rostro triste, un rostro cansado , ajado de tanto escapar, vio un rostro de súplica, destrozado...
Y ahora qué?...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy leí un corto escrito de Paulo Coelho.

Me hizo pensar en esto que escribes, parece como si esas palabras hubieran llegado a mis manos para ser un mero transmisor de ellas y dejarlas aquí.

Son una contrapartida a las tuyas, para poder tener dónde elegir o tal vez para mezclarlas y sacar un extracto de ambas que permita continuar la marcha con otro semblante.

Están en el comentario que sigue a este...

Paco

Anónimo dijo...

CERRANDO CAPÍTULOS ( Paulo Coelho)

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.

Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos.

Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando

¿Terminó con su trabajo?, ¿Se acabó la relación?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse algún tiempo de su presente "repasando" los “porqués”, rebobinando el casette para tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste sería infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas, estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado.

Ni siquiera preguntándonos por qué

Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

No ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar pertenencias, cambiar de casa, tirar documentos, vender o regalar tus libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse.

En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar.

Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente ¡El pasado ya pasó!.

No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted.

Suelte el resentimiento, encender "su televisor personal" para darle y darle vueltas al asunto lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para seguir adelante, nunca para atrás.

Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", “por si acaso”, nunca podrá desprenderse, ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.

¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos.

Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en esa sintonía, en ese espacio, en esos hábitos, en esos conceptos, en ese oficio.

Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo.

Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es por salud esencial, por amor a usted mismo; desprender lo que ya no está en su vida.

Recuerde que nada ni nadie es indispensable.

Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le repito, !nada ni nadie nos es indispensable
.
Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Por eso... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte.

Hay tantas palabras para expresar esa salud esencial y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con confianza.

¡Esa es la vida!

Paulo Coelho.