Hoy volvió a tocar día de terraza y mirar como me la he encontrado de nuevo; toda bien encasilladita. Así que entre en mi café preferido, y me he sentado a tomar un par de descafeinados americanos.
La paloma volvió a mi mesa y la volví a ignorar. !Que buena estaba mi magdalena!.
Me he puesto a escribir como cada día de terraza, y en ese momento llegó la señora de los zapatos rojos y grandes. He sonreído ; se llama Carmela, como yo y la camarera, simpática y amable me ha dicho por lo bajito, que la volvía loca con sus exigencias sobre el color del café con leche. Si es claro, si es oscuro, si es poco, si es mucho. Toda una mujer con carácter.
De todas formas, voy a echar en falta mi terraza, aunque...pensándolo bien, no se esta nada mal en mi curruchiño.
Ya sabéis, me vuelven loca los curruchiños y cuanto más acogedores mejor...:)
Estaban buenos los cafés, así que no pienso cambiar de cafetería. Después me fui a mis Apuestas del Estado y no me ha tocado nada...pero he vuelto a hacer otra. Con un poco de suerte...con un poco de suerte...igual no me vuelve a tocar y así no perderé la esperanza.
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