miércoles, 14 de octubre de 2009

COBARDES


Hoy, a 14 de octubre, el tiempo en mi tierra galega es de pleno verano. Un sol que quemaba, sin viento... Cogí a Grumete y me dirigí a mi playa de Carreirón tempranito, después de comer, para aprovechar, pues nunca se sabe cuando se va a acabar esta maravilla.
Como veis, tenía toda la playa para mi (esto sólo es una pequeña parte del parque natural, que esta rodeado de ellas).
Pues mi gozo fue tremendo; nadie a la vista, nadie. Sólo el mínimo sonido de las olas de un mar calmo y el cantar de infinidad de pájaros me acompañaban.
Me recosté en la arena y dejé que mi cuerpo se transformara en parte del paisaje. entre sus sonidos, entre su mar, entre su arena, cerrando los ojos respiraba salado y el cielo azul era mi techo.
Nada me podía relajar más, nada.
Pero las cosas buenas duran poco. Mientras soñaba en ser caracola, escuché unos pasos que se dirigían a mi y se paraban justo sobre mi cabeza, y una voz de hombre comenzó a soltar mil y una obscenidades cada cual mas basta y vulgar, una voz sin rostro que no quise ver, pues ignoré su presencia mientras seguía cada vez más amenazante...
Eche la mano al bolso, cogí mi movil, he hice que llamaba a alguien que estaba a punto de llegar. colgué y sentí como los pasos de esa voz cobarde, otra voz cobarde, se alejaban en silencio.
Temí levantarme y marchar , pues me podría esperar en cualquier sitio ,así que llame a la policía, que llegó rápida, comenzó a llegar gente y me volví a mi arena.
Ya nada fue igual. Me metí en el agua helada para que mi cuerpo reaccionase.
Me recosté y después de pensarlo mucho tomé una decisión: Jamás ignoraría las voces sin rostro, sino que me levantaría y miraría a los ojos al cobarde que se atreviera a romper mi felicidad.
Jamás me quedaría paralizada, jamás.

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