Y ella le miró con aquellos ojos que él tanto conocía y una ligera sonrisa marcaba su rostro mientras le respondía a sus preguntas o, incluso. a sus no preguntas.
De verdad pensaba que ella no sabía que él la quería?. !Si eso nunca lo había dudado!.
Y sabía que se pasaba mil y un trabajos en esconderlo, tanto y tanto, que era la mejor forma de conocer sus sentimientos.
Y ella sí le conocía, como la palma de su mano.
Le conocía allí, dónde pocas personas saben ver, sólo que ella tenía ese don, el don de entrar dentro en ese "curruchiño" donde se guardan los secretos más grandes. Esos que queremos esconder ante todo el mundo, pero que ahí están ocultos para aquellos que no saben leer como ella sabía.
Y lo hacía incluso en la distancia, no importaban los kilómetros ni la hora ni el día, siempre los veía gracias a ese hilo que les conectaba, hilo imposible de romper, al no existir tijeras ni manos que fuesen capaz de lograrlo.
Y seguía sonriendo y mirándolo con aquellos ojos, ojos que él tanto conocía, mas seguía escondiéndolos, a sabiendas de que sólo ella era capaz de verlos. Quizás era eso lo que él quería, que sólo ella los pudiese ver...
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Foto:Carmela
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