Te escucho en la distancia. El eco de tu voz llega a mis oídos y acudo a tu llamada.
Ya te tengo de frente, cara mi y me sonríes mientras sigues cantándome.
Me descalzo y siento el cosquilleo de tu caricia bajo mis pies, mientras camino hacia ti.
Y el suave cosquilleo cambia a caricia de nube de algodón que va subiendo por mis piernas.
Sonreímos los dos. Te siento tan mío, me siento tan tuya mientras me envuelves en tu abrazo...
Soy feliz, tan feliz mientras me entrego a ti, que de mis ojos caen lágrimas que borras con tus besos, con tus labios de amante incondicional.
Me posees totalmente mientras ni el aire me hace falta y mis pulmones dejan de hincharse, para ser totalmente tuya.
Penetras en mi y yo me dejo penetrar hasta que nos confundimos en un baile donde nuestros cuerpos se han fundido...
Tuya, mio...
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Foto: Carmela
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