Era tan difícil...
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Él creyó conseguirlo facilmente, como lo había hecho otras veces. Sólo tendría que pasar esa página de su vida y punto, sin mas, así de simple.
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Eso pensaba mientras se iba desnudando para meterse en cama. !Cómo deseaba poner estirarse en su colchón y después, dejarse fundir en él!.
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Así lo hizo y, ya metido bajo su edredón, cerró los ojos e intentó perderse en el día siguiente, en todo lo que tendría que hacer...le gustaba llevar las cosas con orden para así no estresarse, cosa que no necesitaba y menos, en aquel momento de su vida.
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Pero, que difícil es pensar en el día siguiente, cuando te has dejado cosas atrás por hacer.
Qué difícil olvidarse de esas cosas que le habían llenado tanto, y ahora ya no formaban parte de tu vida.
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Que difícil, cuando la nostalgia y la culpabilidad forman parte de ti, que difícil es...
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Y sintió, de repente, como sus manos se calentaban, ese calor que tantas veces había sentido. Y de sus manos paso a su sexo...
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Y no quería sentir eso, se lo tenía negado a si mismo. No quería volver a recordar esa sensación que nublaba su mente y le llevaba entre nubes de deseo. No quería acordarse del pasado, de aquella voz, de aquel susurro. No... no.
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Levantándose de un salto, se dirigió al baño y allí, con agua bien fría, lavó con fuerza el pasado, lo lavó con tanta fuerza que sus manos se enrojecieron...pero no bastaba y se lavo entero, metido en aquella ducha con chorro bien fuerte dejándose llevar por la sensación de limpieza, sólo que esta era exterior, porque la del alma, la de los sentimientos no se la lleva el agua por mucho tiempo que estés bajo ella.
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Secándose se metió otra vez en su cama y volvió a cerrar los ojos. Su cuerpo entró en ese calor tibio que producen las plumas que lo cubrían, en el que produce su propio cuerpo sobre el colchón, en el que aún con todo lo que hizo, produce el deseo inconfesable que seguí dominando su mente.
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No podría escapar aunque quisiera y la seguiría escuchando a su lado, y la seguiría abrazando por la espalda , pegando mucho su cuerpo al de ella, y sus manos comenzarían a recorrerla entera hasta llegar al recodo más deseado por él y por ella...y....se dejo arrastrar otra vez entre suspiros y jadeos compartidos.
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Nunca podría luchar contra ellos, pues la tenia demasiado dentro como para borrarla de su vida, tal y como lo había intentado.
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Y sus manos se volvieron a humedecer son la savia de su deseo, con el fruto de aquel sueño....de aquel sueño inconfesable.
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