miércoles, 9 de diciembre de 2009

NO PUEDO CON ÉL, NO.


¿Qué será lo que tiene el mar?,
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Hoy he cogido a grumete y le he dejado volarrrrrrrr. Ni me he enterado del viaje; me llevó él solo, pues ya se sabe el camino, (aunque sea haciendo eses y patinando).
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Llegué allí tan llena de rabia, que casi rompo la puerta de mi amigo del golpe que le dí y he apurado el paso hacia la playa.
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Me encaminé hacia el agua directamente, dispuesta a gritarle con todas mis fuerzas, hasta reventar mi garganta, y según iba avanzando, la rabia se fue disipando, dejándose perder en el viento que azotaba mi cuerpo y el sonido del mar.
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Sus olas me esperaban rabiosas y mi rabia no pudo con ellas, sino que se fue aplacando, casi antes de llegar allí.
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Me ha recibido hasta las rodillas, como siempre sin preguntar si deseaba que me tocara, pero hace lo que quiere, ya estoy acostumbrada.
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Y me ha gritado él, con más rabia que mil rabias mías.
Así, que me ha ganado como siempre, y me ha dejado blandita, blandita, tanto que me fui de allí con una sonrisa en los labios.
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Y tu abusas de su efecto, pues me arranca de cuajo las ganas de reñir, y aún encima me encuentras blandita, blandita, como a ti te gusta.

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