sábado, 26 de diciembre de 2009

!DATOS!, ¿DATOS?, DATOS.


Esta noche, cuando por fin pudo dormir (mejor tendría que decir madrugada), se despertó de un salto. Su cuerpo empapado en sudor y su cara en lágrimas.
Se habia despertado dando un grito tan fuerte que le había lastimado sus oidos tanto como tenía el corazón.
!!Datos noooooooo!!, dijo a gritos mientas comenzaba a recobrar el aliento y en su cabeza solo veía otra palabra "sentimientos".
Cogió el teléfono y lo agarró con fuerza, pero sus dedos no marcaron ningún número, solo lo sujetó contra su corazón mientras este queria salir de su pecho.
Cuando se fue calmando, despacio, mucho, comenzó a recordar el sueño que tanto mal le había hecho y se vio en una tela de araña, mientras mil caras que la miraban montones de libros llenos de numeros de teléfonos, nombres , apellidos, huellas dactilares...y alguien lloraba en la distancia, mientras otra reían convencida de su éxito...
Y se dio cuenta de la maraña de porquerías en las que la habían metido y ella sin saberlo, sin quererlo, sin darse cuenta se había dejado llevar por ellos.
Y pensó en esos "datos" que le repetían una y otra vez, y en sus gritos que decían que no me importaban, que nunca los había buscado ni le habian preocupado, sino solo sentimientos, esa era la única razón, sentimientos.
¿Datos?, ¿quien puede pasar desapercibido hoy en día si uno te busca?. Nadie, con los medios que hay,nadie. Pero quisieron confundirla. ¿Datos?.Nunca los había pedido, ni interrogado.
Era todo tan absurdo ,todo, que se hubiese dejado manejar de semejante manera...
Sabía que nunca le había interrogado, que pasaba de eso, y lo único que le importó siempre fueron los sentimientos, nada más.
Y ahora estaba envuelta en un juego de números de teléfono, de fotografías de caras , de coches, de voces y de gente que se había metido en su vida sin ella quererlo.
Quizás le importase mucho a los dos dueños de aquellos datos, esos dos que son uno, a aquellos que le habían metido en su juego sin quererlo sin buscarlo...aquellos nombres con apellidos que tanto se preocupaban,
No, sentimientos meniño, sentimientos...¿datos?. Los de ella como que los conocían casi todos, y sus amigos todos, desde luego, era asi.
Y dejó el teléfono en la mesilla, y pensó en la araña, la que había tejido la tela que le sujetaba y vio su rostro sonriente.
Se solto una mano y después la otra y poco a poco, se fue liberando de la trama maloliente en la que me ha metido.
Cerró los ojos y quedó dormida de nuevo.
No sabe lo que soñó, solo sabe que se despertó con una sonrisa en el rostro, una sonrisa como las de antaño.

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