jueves, 3 de diciembre de 2009

FANTASIAS: 4ª PARTE


Ni Él mismo lo comprendía.
Esa tranquilidad que parecía que le envolvía... y en cambio la ansiedad le roía por dentro.
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No sabía que le pasaba, quizás pensaba en el pasado, en una educación estricta y dura, o en desengaños que le habían hecho sufrir tanto, que se negó a dejarse tocar de nuevo y buscó la distancia que le protegía de todo daño...o eso pensaba ÉL.
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El miedo a sufrir, el miedo a la pérdida, deseo de estabilidad, hacía que esta misma, la estabilidad tambalease como barco con fuerte marejada, como barco a la deriva.
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Aún así logró metas que se impuso. Luchó y consiguió aquello que por sí mismo le hizo sentir mejor. Sentirte fuerte, sentir que podía hacerlo. Pero sólo metas físicas o profesionales. Metas que solo le exigían un esfuerzo físico o mental, pero nunca sentimental.
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Había desarrollado y desarrollaba su intelecto, porque era algo que se quedaba dentro de él y no exigía que mostrase hacia fuera el tesoro que llevaba encerrado en esa coraza de acero. Ese tesoro que se le había escapado mas de vez, pero cuando se daba cuenta ,corría a aprisionarlo en el pecho de nuevo. Miedo, miedo...
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Y su búsqueda no tenía fin. Buscaba que le descubrieran, que le mostraran todo aquello que ÉL no sabía ver, y al mismo tiempo, que moldeasen con palabras y caricias la carencia que sentía. Esas carencias imposibles de borrar por sí mismo.
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Y la necesidad de sentirse querido, le hizo perderse en un mundo que se forjó y ató y reató de una forma que le exigió inventarse una fantasía, donde la única verdad, era su entrega a quien se entregaba a él. Dónde buscaba que le dieran todo lo que ÉL sólo podía dar con el alma, pero que nunca dejaría que fuese tangible. Miedo...
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Y se dio cuenta de que lo iba perdiendo todo. Que las oportunidades de lograr romper el escudo y tocar la felicidad se iban quedando atrás, pues por mucho que ataba y reataba, los nudos se soltaban y la mentira quedaba al descubierto.
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Y aquellos que le amaban, aquellos que le hacían sentir feliz, aquellos que lograban tocar su alma, se iban alejando, al descubrir su minusvalía. Al descubrir que su dar era correspondido con un dar a medias, envuelto en engaños.
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Se disculpaba como hace aquel que esconde. Se disculpaba con la palabra "libertad", cuando el más esclavo de sus sentimientos era ÉL...cuando era incapaz de entregarse por terror a tener que mostrar su interior; desnudarse ante alguien totalmente. Dejar ver el tesoro que guardaba escudado en esa palabra, "libertad".
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Y todos sufrían, no solo ÉL sufría, pues arrastraba al dolor a quienes le daban todo aquello que necesitaba , sin tapujos, sin mentiras. Solo necesitaban reciprocidad, sólo su sonrisa sincera, su verdad por delante.
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Y tuvo suerte. La suerte de dar con amores incondicionales, amores que se amoldaron a ÉL.
Unos porque simplemente veían dentro de su alma y sufrían su dolor. Otros, porque eran igual que ÉL, con sus mismas carencias y corazas, y otros por no haberlo descubirto a tiempo.
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Solo ÉL llevaba dentro de sí su propio enemigo; ese enemigo que le apartaba de la felicidad, esa felicidad de sentirse "libre" de verdad.
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Pero como digo siempre, y ÉL lo sabe, todo es relativo, todo. Puede darse la vuelta cuando uno quiera, cuando uno acepte su propia realidad, cuando uno se ame a si mismo y se deje llevar por lo que de verdad desea...Y ÉL deseaba solo una cosa; ser feliz, totalmente feliz.
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Pero todo son fantasías de una mente fantasiosa, que igual es la misma protagonista de esta historia. Igual es ÉL. Igual es la protagonista de los otras tres fantasías. O igual es alguien que ve mas allá de lo tangible, mas allá de lo táctil...que ve el corazón de las personas que le rodean y penetra en ellos hasta hacerlo suyo.
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Y este cuento continuará o, es mas, continua ya, día a día sigue el curso que cada uno le deja seguir.
Unos lo marcan con regla y lápiz, sin dejar que se tuerza ni un poquito... otros lo dejan seguir por veredas sin descubrir y se pierden con él en una odisea que, seguro, llegará a buen fin.
Dejemos que así sea, porque aunque no lo dejemos, será.
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ANONIMUS

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Carmela dijo...
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