jueves, 26 de noviembre de 2009

Y ME DEJO MORDER...


Cuando tienes hambre, hambre de verdad, te acuerdas de mi.
Me imaginas en mi cama como gran bocadillo. El colchón y las mantas el pan, y yo, en medio, el fiambre.
Me asombra tu apetito cuando escucho tu boca llenandose de saliva, que va comiéndome la oreja, mientras yo me dejo morder y siento como voy formando parte de tus jugos...
Y sigues masticandome y yo me sigo dejando masticar, mientras mordisco a mordisco vas recorriendo mi cuerpo con apetito insaciable.
Te gusta, me gusta, que nunca se acabe, mientras la música de nuestros deseos nos acompaña en este festín, hasta el momento en que el volumen sube y ensordece nuestros oídos llevándonos al país del Climax, suspendido entre cielo y tierra, donde, después de una visita sublime, nos dejamos caer formando un bolo, que tragándolo, nos sacia hasta perdernos en sueño del Deseo Cumplido.
A ti, también te gusta mi apetito cuando te imagino...si, como te gusta...

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