Hoy te he castigado.
He separado las camas de la habitación y las coloqué cada una en un extremo de ella.
Me has mirado con reproche mientras nos desnudábamos y nos acostábamos uno cara al otro pero con espacio en el medio.
La pequeña vela dejaba ver tus ojos tristes, buscando una respuesta, mientras yo, te miraba con picardía.
Te he sonreído y tu has comprendido el porqué.
Has venido a mi cama y te has pegado a mi como lapa.
Así no habrá espacio que nos separe. Así nuestros cuerpos estarán condenados a estar siempre rozandose. Así cuando nos amemos nada nos podrá separar, a no ser...que nos caigamos de la cama...pero lo haremos sobre la alfombra mullida mas estrecha que la cama, y esta solo dejará que estemos el uno sobre el otro... Igual hasta quito las camas y dejo la alfombra...hum...
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