miércoles, 25 de noviembre de 2009

NOS AMAMOS HASTA EL AMANECER

Me desperté sobresaltada. Di un salto en la cama y me senté.
Con la luz de mi vela, distinguí una figura que corría de un lado a otro por mi habitación, moviendo sus brazos como loco, chocando contra todo aquello que se le ponía por delante.
Me levanté y le llamé , pero no oída, no veía. Su cuerpo se movía sin hacerme caso.
Corrí tras él, y no se como logré sujetarle por detrás. Su piel gris tenía el tacto de la goma, y lo único en que se le notaba que estaba vivo, era en el latir de su corazón que sentía en mis manos.
La abracé con fuerza mientras él forcejeaba en el aire, como buscando algo a tientas, hasta que poco a poco fue dejándolo de hacer y cedió su cuerpo a mi abrazo. Y vi con asombro que el color de su piel fue cambiando de gris a rosa, y su aspecto se convirtió en humano.
Le cogí en mis brazos y le recosté en mi cama.
Yacía inerte, mientras yo miraba su cara inexistente.
Cogí mi lápiz y le pinté unos bonitos ojos que abrió y clavó en los mios, expresando angustia.
Mientras le cantaba una canción, le pinté unas orejas, y ahora sus ojos miraban con curiosidad y calma.
Seguí con mi lápiz y le tracé una nariz, y al finalizar, dio un enorme suspiro, hinchando el pecho varias veces, hasta que su respiración fue regular y tranquila.
Pero sus ojos me hablaban sin voz y, mientras le seguía cantando, le pinté una bonita boca, la cual estrenó con una sonrisa que compartió con su mirada., Y sus primeras palabras fueron "te quiero".
Levantó las manos, queriéndome tocar, y yo le dibujé dedos, con los cuales recorrió mi rostro, mi cuello, mis pechos... y mi cuerpo desnudo, se recostó en el de él.
Nos amamos hasta el amanecer, nos amamos con calma, disfrutando de cada caricia, si, hasta el amanecer.
Después fue él, el que me cantó hasta que me dormí sobre su pecho.

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