Le miró y abriendo sus labios rojos , carnosos y bien delimitados le hizo la pregunta. Sentía que su cabeza flotaba y que aquel calor atontaba sus sentidos; su cuerpo estaba entre dolorido y medio dormido por la espera, pero era necesario el sacrificio y allí estaba, esperando que el milagro sucediera. Sabía que era difícil lograrlo y, mirándola asintió y dejo que acariciara sus manos , sus dedos con aquella delicadeza que le hacían estremecer y que, después, siguiera por su rostro, dibujando cada línea y sintiendo su respiración tan cerca que le mareaba, confundida con aquel sinfín de olores que casi dañaban su olfato.
Esperaba que el resultaba hubiese valido la pena y , levantándose de la silla, se dirigió a ella y esta
le dijo:
-Son 65 euros; estas preciosa.
Pagando se miro en el espejo de enfrente y. conforme con su imagen salió de la peluquería dirigiéndose hacia el lugar donde sabía que el ya la estaba esperando...¿notaría el cambio?
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