domingo, 8 de marzo de 2009

POBRE MARIONETA

Desde que comenzaron a tallar la madera que daría forma a tu figura, pieza a pieza, sentiste el desbastar del pedazo elegido para ello; transformaron la materia prima con gran maestría hasta conseguir dar forma a cada uno de sus miembros, sin importarles ni el dolor causado a tu madre árbol; ya desde el principio fuiste creada con sufrimiento.
Te ibas formando a base de incisuras, rasgaduras, lijaduras y, cuando tuvieron todas las piezas listas, agujerearon todos los extremos de lado a lado, en los que ataron unos hilos fuertes para poner manejarte a su antojo.
Pobre marioneta; quien te ve piensa que tienes vida propia, que tu decides si mover sus brazos , piernas, si bailar, si llorar, si reír, pero, esas manos invisibles son las que lo deciden todo, hasta el dejar tu cuerpo inerte en un rincón..
Pero lo que ellas no saben es que aunque no lo tallaron, que tu materia prima tenía corazón y, cada vez que te cogen en su regazo y acarician tu cuerpo el sentimiento de posesión es mutuo y, poco a poco, se va confundiendo en un mismo todo y los hilos que manejan también forman parte de sus extremidades...

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