Por fin fue capaz; tanto tiempo con ello dentro, sin poder ni enfrentarse a la primera pregunta le pesaba cada día más. No sabía o no quería saber cual había sido el detonante, lo único que tenía claro es que por fin había encontrado el medio para poder ir destapando la maraña de sentimientos contraídos que, a veces, hasta le dejaban paralizado y le apartaban del mundo.
Pero había llegado el momento y él , más sorprendido que nadie, cogió su pluma y su cuaderno y comenzó a arañar el nudo interior, dejando las muescas transformadas en bellos relatos.
La comisura de sus labios se elevó dando paso a una sonrisa abierta mirando de frente a la vida y esperanzado en un futuro mejor.
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