miércoles, 4 de marzo de 2009

UN DÍA DE SAN JUAN

Fue un día de San Juan, como pudo haber sido de San Guillermo o de San Romualdo, o Santa Rita, pero dio la casualidad de que fue ese día, la madrugada la habíamos disfrutado, por separado claro, saltando la hoguera, metiendo los pies en el agua, o ambas cosas, y demás zarandajas por el estilo que se suelen hacer esa noche.
Ese mismo día se hablaba sobre el amor, en un programa radiofónico, movido por un súbito impulso, te llamé y después de declarar mi amor por enésima vez, hay veces que llego a ser bastante pelma, te pregunté: “¿Y tú me amas? Mil veces debiera haberme callado, la respuesta fue tan distante y tan disuasoria, te cito, “el amor nace del roce diario, de la convivencia, de las pequeñas cosas vividas día a día, te quiero mucho, pero no te amo”.
Llevo desde ese día preguntándome el porque sigo entrando cada noche al trapo de mi propia desesperación, porque si partimos de la premisa de que para que me ames, tenemos que vivir juntos, y dadas nuestras circunstancias, debería ser una locura de amor el vivir juntos, pero si no hay amor, no puedo cometer una locura de eso mismo, ufffff, que lío, ya me he liado y me he perdido.
Lo malo, es que con las pérdidas, perdí la ilusión por vivir, algún día, juntos, perdí la esperanza de que me ames, y tan solo me lié más en el entresijo de cariños, ternuras, cielos y encantos, (tuyos y míos) de cada día.
Hoy, y desde una óptica humorística y corrosiva de mi mismo, palabras rimbombantes surcan los delirios de mi mente, tan solo para decirle a mi gran ego, bájate a la tierra astronauta.
Así que ahora toca desandar el sendero, repetirme hasta la saciedad, no te amo, no te amo, no te amo, y esperar que la razón pueda un día de estos vencer la sinrazón del corazón.

Jaumerei

No hay comentarios: