-No has nacido para el amor...
Esas palabras hacía años que golpeaban en su cabeza, desde que aquel muchacho riéndose a carcajada limpia, la había dejado con las piernas abiertas y su deseo retenido en su primer encuentro de amor. Desde ese día fue incapaz de volver a tener una relación sexual con ningún otro. Sola, en el silencio de su habitación y entre la ropa de su cama, cada vez que se quemaba, entre gemidos entrecortados ,no dejaba que su problema la frustrara.
Sonó el timbre; levantandose lentamente puso la bata y las zapatillas y abrió la puerta; allí estaba el con cara de reproche.
.Por qué no has venido?.
Un escalofrío recorrió su piel y en su cabeza comenzó a golpear las palabras y risas de aquel muchacho.
El se abalanzó sobre ella como un felino; la besaba, la tocaba mientras iba desnudándola.
Ella repetía una y otra vez que no, que no podía ser , pero haciéndole caso omiso, la fue arrastrando hacia la cama. Allí cayeron los dos ya desnudos.
Ella seguía aterrorizada entre el deseo y el miedo pero ya no pudo resistirse más y dejó que el la penetrara, dando comienzo a una sinfonía de notas que salían al son de sus movimientos.
El la miró y le dijo con excitación:
-No te preocupes, me gusta hacerlo con música.....
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