viernes, 27 de febrero de 2009

OTRA MAÑANA

La despertó el silbar del viento entre los cristales de su habitación y el golpear de la lluvia sobre estes. Otra mañana triste que no le daba opción ni al minimo goce: írse a su balcon y recostárse sobre su tumbona, respirando el aire puro entre pitillo y pitillo, aunque fuese cubierta con una manta debido al frío de la estación, dónde un rayo de sol ya era el regalo máximo. La angustia comenzó a embargarla de nuevo; su estomago que ya nunca dejaba de estar contraído, le recordó su deseo de ir al baño a soltar lo que ya no tenía y, unas arcadas comenzaron a surgir de sus entrañas. Se levantó de golpe, queriendo luchar una vez más contra ésta sensación y, poniendose la cazadora sobre el pijama y sus zapatillas en los piés, salió rapidamente camino hacia la cocina, echando mano a su desayuno diario; un actimél, su antidepresivo y su salvador; un trankimacín de un gramo colocado bajo la lengua. Dió unas cuantas vueltas buscando algo que no la dejase pensar y no logró encontrarlo. Repentinamente sintió ganas de escribir y, con el primer cigarro en la boca se fue hacia el cuarto donde tenía el pc, abrió el msn y. cogiendo su libreta en las manos, comenzó a dar rienda suelta a su imaginación; este era uno de los escapes a los que echaba mano cuando lare realidad de su vida la atenazaba de esa forma, mientras dejaba que poco a poco el Tranquimazin comenzase a hacer efectos y le diera ánimos para poder moverse el resto del día, bueno, al menos sólo unas horas; ya tendría tiempo para hace de nuevo una visita a su salvador matinal...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado Sacra, un poco tristona la historia pero muy real.

Un placer.