viernes, 27 de febrero de 2009

SINFONÍA

La acompañó hasta el salón dónde estaba el piano de cola y una sola mirada bastó, para que ella se adelantara a sus deseos y, quitando la ropa que cubría su cuerpo, se deslizó sobre aquella caricia de madera barnizada y su piel se confundió con ella.
El la contemplaba desde la distancia y, poco a poco, se fue acercando, maravillado de la perfecta armonía de curvas. Las dos esperaban ansiosas ; la música y la mujer.
Mientras abría la tapa del piano vio. como con una perfecta sincronización, la mujer se abría también al deseo de sus dedos... y el deseaba tocar...
Pulsando la primera nota, el tacto era tan suave que su piel se erizó y se sintió formar parte de aquel éxtasis de sensaciones .
Ya no había hombre ni mujer ni piano, sólo melodía. Sus notas eran dulces, acariciadoras.
Poco a poco la intensidad fue creciendo al son de los movimientos de sus dedos, de sus cuerpos, hasta llegar a un explosión de sonido y pasión y, aquel salón, fue testigo de la melodía más sensual que oído humano llegara a escuchar.
Llegó el silencio y los tres quedaron cubiertos por una nube diafana de relajante humedad....

12 Noviempre 2008

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