Se me ha caído el ángel. Le miro y lloro con él, siento su dolor y lo hago mío.
Sus alas han perdido pureza, están sucias y lacias, pesadas...por eso no puede levantar vuelo.
Sus fuerzas mermadas.
Le miro y lloro con él, lloro.
No te preocupes, te ayudaré. Lavaré tus plumas una a una hasta que vuelvan a ser las de antes, blancas, livianas, puras. Te alimentaré hasta que vuelvas a ser fuerte y poderoso y vuelvas a tu cielo, al cielo de las gentes que te necesitan, a mi cielo...
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