Ese día se decidió a volver a su playa, la que la había expulsado borrando tan bellos recuerdos de ella. Ese día se quiso enfrentar a su furia y volverla a recuperar como su paraíso.
Con su pequeño grumete, se fue hasta allí, lo aparcó a la sombra y se dirigió andando por dónde solo dejan entrar a pie, para respetar el parque natural.
Se sentó en la blanca arena, y era blanca... se acercó al su mar, y sus aguas estaban tan cristalinas como siempre y su fondo blanco te invitaba a sumergirte en él, a dejarte llevar por su caricia, por su vaivén suave que te hacia soñar en que nada malo había a tu alrededor.
Se tumbó en la toalla y dejó que el sol calentara su dolida piel, su dolida alma y apaciguara su amargura, su pérdida, su soledad.
Cerró los ojos y escucho el canto de sus pájaros, el sonido del viento contra las ramas de los pinos, el murmullo del mar...
Fue tan maravilloso ese momento que sacó de su bolsa su moleskine y su pilot azul, que tan bellos recuerdos la hacían sentir y que siempre llevaba con ella, como parte de su vida, de su alma ya, aquel regalo que le dio tanta y tanta vida, tanta ilusión, que le abrió nuevos mundos desconocidos,y que estrenó a mil metros de altura en un avión...
Abrió sus páginas y, dejando atrás lo escrito ya, quiso comenzar a narrar lo que sentía en ese momento, lo que por fin había recuperado, y compartirlo con él, con su compañero y amigo.
No pudo, no podía expresar lo que sentía, no podía plasmar ese momento de felicidad en medio de la tristeza que la embargaba siempre. No pudo.
Dejó la página abierta para que el sol la acariciara, para que la brisa marina la envolviera, para que el olor a mar, la embriagara, para que lo pájaros dejases el sonido de sus trinos en ella.
La dejó así un buen rato, y después de besarla con amor, puso al final de la página la fecha de ese día, que quizás no se volviese a repetir nunca, pero allí quedaría plasmada para siempre, y para siempre iría con ella a todas partes, como desde el momento que él se lo había regalado, como su tesoro personal, en dónde guardaba en su bolsillo de contra portada , la carta recibida de su más mejor amigo, de su amigo del alma, que siempre estaría con ella, como ella con él.
Hace días de esto ya, y el mundo ha dado la vuelta de nuevo.
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