domingo, 20 de septiembre de 2009

AUN NO ERA EL MOMENTO


-Despierta mi niña, despierta ya. Todo a sido un mal sueño...
-Despierta mi niña, despierta ya, deja que seque tus lágrimas, esas lágrimas rojas, esas lágrimas tan dolorosas...
-Despierta mi niña, yo estaré aquí y velaré tu despertar. Te abrazaré y el dolor no será tan grande, pues yo te protegeré, yo cuidaré de ti.
La niña escuchaba esas palabras mientras sus ojos seguían cerrados y de ellos brotaban más lágrimas de sangre. Aun no era tiempo de despertar, aún no estaba preparada para hacerlo y la charca de sangre seguía aumentando en su almohada...

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