Esta vez, la última hora que recuerda, era las 2,30 de la madrugada antes de dormirse, así que volvió a despertarse antes del amanecer; le tocaba ver nacer el nuevo día.
El portátil sobre la cama encendido, su osito recostado inerte sobre un cojín, su cenicero lleno de colillas, su bolsa con un "te necesitaba" a los pies de la cama...Estaba cansada de ver amanecer allí, así que se transportó a un sitio diferente nacido de un sueño; una habitación sobre una roca marina.
Su cama frente al gran ventanal sin cristales, el murmullo del mar, el cielo lleno de estrellas y la luna reflejada en el agua. Se levantó y se dirigió a fuera; el olor a sal, el canto del mar la envolvía, mientras el día iba llegando timidamente. Le saludo y se volvió a la cama.
Ahora sólo necesitaba cerrar los ojos y acercarse a su cuerpo, mientras le escuchaba repirar placidamente en un sueño tranquilo y agarrarse a su cintura... con un poco de suerte igual volvía a dormirse...
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