jueves, 16 de abril de 2009

DESPIÉRTAME


Todo había dejado de tener sentido. Quería pensar, poner en orden su nueva situación, colocarse en un lugar dónde aún pudiera tener esperanza. Cerraba los ojos con fuerza para no distraerse y poder concentrarse bien: ver su alma y deshacer el lío de sentimientos que se habían formado tras la última tormenta, dejando así de sentir aquella punzada de angustia en su estomago que no la abandonaba. Pero no era capaz: el más mínimo sonido de la calle la hacía saltar en la cama y abrir los ojos repentinamente con la sensación de que nunca podría lograrlo.
En aquel momento se sentía así, asustada, aterrorizada, paralizada, perdida
...
de espaldas a la ventana, bajo la ropa de su cama, hasta que le sintió; el movimiento de su cuerpo que se acercaba al suyo, rodeándola con sus brazos en un tierno además de cariñoso abrazo. Sus corazones latían cada vez más fuertes. La respiración en su pelo y una palabra al oído hizo que todo el temor que tenía desapareciera, que la soledad se alejase, que todo lo que la había hecho sentir tan mal se esfumase en aquel mismo instante.
-Te quiero.
Y se dejó llevar por sus sentimientos; el amor pleno, la entrega total y su cuerpo despertándose
al contacto de cada caricia, de cada beso...
Ahora sí era feliz de nuevo; toda la incertidumbre había desaparecido como por arte de magia.
(photo Philipe Arouet)

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