Tengo el alma en mis manos. La miro con curiosidad pues siempre pensé que sería como un reflejo irisado, transparente, liviano y ahora, que por fin he tomada la decisión y metiéndome las manos bien dentro la he arrancado con fuerza y rabia, me he encontrado con la sorpresa de ver entre mis manos una masa oscura, amorfa y pesada. La miro con asco y desilusión pues, si había alguna oportunidad para salvarla, para volverla a poner en su sitio, me niego tajantemente a colocar tal porquería dentro de mi. Así que comienzo y , cogiendo el cuchillo bien afilado, la voy pelando en láminas bien finas y , con la primera que cae la recuerdo como aquella primera sonrisa de mi hija, la segunda, el día de mi primera comunión, la tercera un regalo en navidad... y así, poco a poco, se van desprendiendo bellos recuerdos cayendo a mis pies; me van rodeando por todas partes pero ya muertos. Sigo con ganas, quiero llegar a los malos; a ver la cara de mi madre llorando, a mi soledad un día cualquiera, a una enfermedad de mis hijas....así..... así van cayendo todas a mis pies y ahí se quedan; ya no forman parte de mi y cada vez me acuerdo menos de lo que estoy haciendo y el por qué, pero mis dedos siguen cortando finas lonchas mientras me siento más insensible, más muerta...
Ahora veo algo, no se que es....algo tengo entre las manos y algo hago, pero...no sé lo que es...no sé lo que hago y agarro aquello pero...¿qué es aquello?...y algo cae al suelo...¿qué es caer?... y....¿qué es lo que escribo aquí?... ¿qué es escribir?...
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