La luna vino a la playa,
vestida con tules blancos como las rosas,
perlas de rocía la adornaban.
La noche conmovida la arropaba,
con manto de estrellas cubría.
La mar lavaba sus pies con espumas,
con aromas de mar la perfumaba.
En el aire calmo y asombrado,
mueve la luna su cuerpo,
enseñando impúdica y pura a la vez,
sus pechos plateados.
Luna, déjame que cante,
bajito y en susurros,
cuanto me recuerdas a ella.
JAUMEREI
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