viernes, 17 de abril de 2009

DESEO

Allí, pegadas la una a la otra, con sus cuerpos desnudos y piel suave, se acoplaban a la perfección. en una estampa de bella unión,tanto que parecían sólo una, en aquel lecho verde y fresco en el que sus cuerpos resplandecían.
Con ojos abiertos y mirada fija, donde era imposible perderse, expresaba todo lo que en aquellos momentos sus cuerpos sentían.
Tan cerca la una de la otra, desprendían olas de deseo, un deseo aún más intenso, cuando el calor comenzó a envolverlas y la humedad salía de sus cuerpos, hasta que fue tan fuerte que allí quedaron, inertes...
Las sacaron de las brasas,las pusieron en bandejas y las llevaron a la mesa, dónde una excursión de jubilados con baba en la comisura de los labios, pellizcaban sus cuerpos con sus dedos ya grasientos y metiéndoselas en la boca, comentaban la exquisitez del sabor de aquellas sardinas del norte.

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