domingo, 5 de abril de 2009

El color de la vida

Caminaba muy despacio, con pasos cortos, cansados. Arrastraba tras ella un gran saco donde había metido toda su vida pasada en unas pocas cajas de colores. La había distribuido según momentos, sentimientos y experiencias en el color que le parecía más adecuado en cada caso.
En cajas de color rosa, los recuerdos de sus hijas desde que las engendró.
En blanco todos los sentimientos puros y limpios que había sentido, y también aquellos bellos recuerdos que le quedaban.
En rojo, el amor que la había hecho estremecer y sentirse amada.
En negro, lo que le había hecho sufrir desde que recordaba hasta ese momento..
Con mirada cansada, sujetando bien el saco no se lo fuesen a robar, cruzó la calle....cruzó sin mirar.
Un barrendero cogió del suelo aquel saco y lo metió en el contenedor más cercano; el saco vacío de aquella vieja loca, mientras el forense al analizar aquel cuerpo desgastado, contempló la minúscula cajita verde que el cadáver atesoraba en la mano cerrada, la única que de verdad poseía y dónde abrigaba su esperanza.

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