martes, 14 de abril de 2009

EL HORIZONTE

Bajo sus pies, la verde hierba y más adelante un seto de hiedras acababan en el primer paso. A continuación, una bajada dónde había tumbonas y sombrillas de cuerda rematada en espiral; luego otro seto, que daba a un paseo peatonal, donde no cesaban de pasar niños corriendo, abuelos con pasos lentos y parejas cogidas de la mano. A este le seguían unas escaleras que accedían a una playa de arena oscura, plagada de más tumbonas y sombrillas seta, donde una pareja abrazada paseaba , mirándose a los ojos con cara de felicidad. Más allá, el mar abierto, donde un velero desplegaba sus velas blancas, contrastando con el azul del mar y, más allá, el horizonte sin fin.. Ese horizonte donde clavaba sus ojos, ese horizonte donde ella se quería perder, para no sentir la verde hierba bajo sus pies..

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