Ese día los había conocido y todos sus problemas habían desaparecido al verlos pequeños al lado de la historia de aquella pareja.
Ella era vida, fuerza, alegría, sólo mermada en pequeños momentos por el cansancio de una lucha que la vencía y se veía cansada.
El era vida, fuerza, alegría, sólo mermada en pequeños momentos por el cansancio de una lucha en que la veía vencida y cansada.
Pero esos momentos eran pequeños espacios ciegos en medio de la más maravillosa luz que lo ilumina todo y ellos desprendían tanto brillo que llegaban a cegar a quienes los observaban.
Era tanto el amor que desprendían que te hacían ser espectadora de la más tierna y maravillosa historia de amor que ninguna mente de escritor romántico,sería capaz de plasmar, pues no se había inventado palabras que pudiesen definir aquellas, miradas , aquellas caricias, aquella entrega total entre dos personas.
¿ Quién dice que el amor no existe con entrega total? Quién no reconoce ese amor, es que no ha visto a esta pareja de enamorados, en los que sólo un momento era para ellos la vida eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario