jueves, 4 de junio de 2009

TENIA TANTO AMOR QUE OFRECER

Tenía tanto amor que ofrecer...
Con sus manos tocó su rostro, su cuello, sus senos, su vientre, su sexo. Con sus manos sintió como el cuerpo reaccionaba a sus caricias. Con sus manos sintió la humedad del deseo, pero fue con sus manos. Y con sus manos buscó otro cuerpo al que abrazar, al que acariciar al que hacer vibrar, pero sólo encontró vacío.
Tenía tanto amor que ofrecer...
Sus oídos buscaron otro sonido que no fuera su propia respiración. buscó otra voz, buscó un gemido, buscó un te quiero, buscó su nombre en otros labios.
Tenía tanto amor que ofrecer...
Acostada en su cama, en la soledad de la habitación, lloraba en silencio; caían lágrimas pesadas, lágrimas doloridas... tristes lágrimas de sus ojos tristes. Caían solas y solas resbalaban por su rostro, llevadas por su propio peso; sólo seguían el camino húmedo marcado por la primera lágrima que había dejado su rastro y era seguida por las demás.
Tenía tanto amor que ofrecer...
Se dio media vuelta en la cama y nadie la agarró por la cintura, nadie durmió sobre su pecho, nadie la abrazó.... nadie, nadie sabía que tenían tanto amor que ofrecer....

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