lunes, 15 de junio de 2009

NO PODRÍA VOLAR MÁS

La habían atrapado y la sujetaban con fuerza con las manos. Por mucho que se batía, le agarraban bien fuerte las alas, que eran lo único que la podría liberar del calvario que le destinaban.
Agarrándole con fuerza las patas, le separaron las plumas y , cogiendo una tijera, le comenzaron a recortar una a una , cayendo al suelo con la ligereza de plumas de paloma, blancas como la pureza. Mientras ella miraba con terror, se reían disfrutando de la gran hazaña; el dejar una paloma sin la esperanza de poder volar. Cuando acabaron con cada una de ellas, la soltaron en el suelo y se alejaron sin pesar, había valido la pena pasar aquel rato divertido.
Miró a su alrededor mientras las lágrimas la cegaban; sabía que no había esperanza pero, aún así batió sus alones, lo hizo una hora, dos, un día , tres, hasta que cayendo extenuada, se desplomó en el suelo. Cerró los ojos y de dejo morir, yéndose al infierno de los castrados.

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