jueves, 25 de junio de 2009

LA GRAN VELADA

Llegaba tarde a la cita; el tráfico la había demorado, así que se fue directamente a la ducha. Secó su cuerpo con una toalla suave y se cubrió de crema hidratante ; le gustaba aquel olor y la suavidad que dejaba en su piel. Se secó el pelo dejándoselo rizo; bonitas ondas pensó. Se miró al espejo y se maquilló suave pero concienzudamente. Fue a su habitación, abrió el armario y buscó el conjunto granate de ropa interior; le gustaba el contacto de aquella puntilla y el morbo de su transparencia. Se puso el vestido negro de gran escote y se calzó unas sandalias de tacón de aguja.
Se miró por última vez al espejo y se vio perfecta.
Se dirigió a la sala dónde ya había puesto la mesa antes de irse y encendió la vela roja dándole aquel toque mágico a la cena. A continuación se dirigió a la cocina y sacó de la nevera una ensalada mixta y metiéndola en un cuenco la aderezó a su gusto La colocó en la mesa , delante de ella y sentándose, se sirvió una ración tranquilamente y, sonriendo para dentro, dijo en voz alta; "Buen provecho Karmele", y disfrutó de su gran velada.

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