lunes, 1 de junio de 2009

DERECHO A ELEGIR

Caminaba por la calle tranquilo, cabeza gacha, sin mirar ni a derecha ni a izquierda, simplemente caminaba. Aquel que lo viera pensaría que era uno más de los que recorrían las calles tragando asfalto, sólo por inercia. Y él seguía; ahora cruzaba una calle, ahora giraba un esquina, pero siempre al mismo paso, al compás , pero sin música. Ni sus pisadas producían ningún ruido, pues se esmeraba en semejar fantasma. Parecía no tener destino, sino sólo rutina, pero todo camino tiene una meta.
Sólo se fijó en las bolsas del suelo, las demás no estaban a su alcance. Las olió y escogió las que más le agradaba; hoy tocaba pollo asado, sin salsas, cómo a él le gustaba. Cuando sintió su hambre saciada, se alejó, dejando que los gatos se acercaran; ellos tendrían más suerte, llegarían a las bolsas de arriba. Qué menos que ser él el primero. Siguió caminando cómo antes, cabeza gacha, sin mirar ni a derecha ni a izquierda, pero esta vez en sentido contrario, con la diferencia de que ahora iba marcando el compás con su rabo...

1 comentario:

burbuja_yo dijo...

esto es a los llamo yo mis alas invicibles sacra, mi fantasia e imaginacion encaminada a la comprencion . bikos