ANGUSTIA

Y es que solo basta un pequeño silencio para que te asomes y me grites que estás ahí.
Miro hacia atrás y no recuerdo el primer momento en que te adentraste en mi, ese primer momento que te adueñaste de esos pequeños silencios vacíos que llenas tú. porque la nada los puebla y de ella te alimentas.
Me encojo como ovillo de lana rodeada de uñas de gatos. Pesas como esa rama difícil de sacar del mar rodeada de maraña de algas.
Y dueles... cuanto dueles... tanto que llueven mis ojos como lo hace el cielo en este momento en el que mi mirada se dirige hacia él, buscando un escape que me aleje del sentimiento de que soy marioneta en tus manos, que solo eso soy cuando tú estás en mi, dentro de mi.
No puedo reaccionar, paralizada me dejas con esos gritos que asordan esos momentos vacíos de los que soy incapaz de huir aunque me mueva inquieta, aunque tire de fuera hacia dentro, aunque quiera gritar más que tú y en mi garganta el sonido quede preso ahogándome la sin razón.
Y es que no sé el cuando, ni el por qué te adueñaste de mi haciendo cama en mi estomago, en mi alma, en mi corazón...

Foto: Azulejo