Sé que fui gaviota herida,
que me rompieron las alas,
pero es que esas alas nunca supieron volar.
Las arrastré toda la vida,
sabían que aún servían,
cuando las sacudía dentro de mi jaula,
por mi muy bien construida.
A cada barrote abierto,
se me cayeron cien plumas pero lo conseguí,
y aún sin poder volar, de allí salí.
Ahora mi plumaje está lustroso,
mis patas fuertes y la cabeza erguida
y mis alas baten seguras elevándome con facilidad.
Por fin vi lo nunca visto,
mi vida dio tantos giros, abrí tantos caminos,
tengo todo el cielo para mi.
Y no vuelo sola, sino rodeada de tantas otras,
expertas en vuelos que soy feliz.
de tener con quien aprender y compartir.
Por eso no me puedo explicar,
el porqué vuelvo a sentir,
esa angustia que me ahoga
y no me deja respirar.
Pero seguiré elevando mis alas,
y la conseguiré dejarla atrás, en algún camino
por el que no volveré a sobrevolar.
Y seré feliz habiéndolo conseguido,
y podré enseñar a otras con mi experiencia,
que todo es tan difícil como queramos,
y en nuestras manos está vivir lo no vivido.
Foto: Carmela
7 comentarios:
esta asturiana te da las gracias por deleitarnos con tus bellas y bien reflejadas contradicciones, un besin muy grande.
Lo importante es el intento, y ponerse en camino, eso es ser protagonista de nuestra vida, intentarlo tantas veces como haga falta hasta el último aliento.
Me gustó mucho tu diálogo contigo misma.
Adolfo, y nosotros leerte a ti.
Un biquiño y gracias por la visita.
ONZA-ONZA, un placer tenerte aquí.
Bicos de colores.
Anónimo conocido, la protagonista de este post seguro de cejará en la búsqueda.
Bicos
Ahí esta el camino marcado con el gran conocimiento de lo vivido, de los fallos y los aciertos, pero desde luego con un gran camino por delante.
Tiovivo. o un pequeño camino, que mas da?
Bicos fermoso
Publicar un comentario