FUE BONITO MIENTRAS DURÓ. FUE DURO AL DESPERTARSE.

Fue bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Había juntado las camas de nuevo formando  un solo lecho.
Fue bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Las camas calientes desprendían aroma de piel, aroma de deseo, aromas de amor.
Fue bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Las horas pasaron y el sueño la venció, mientras el lecho aún la abrazaba.
Fue bonito mientras duró, Fue duro al despertarse.
Abrió los ojos y sintió el frío hiriente de la soledad  que abrasaba su alma.
Fue bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Se levantó aterida y se alejó de allí huyendo de aquella sensación que hacía años que no sentía.
Fue bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Tropezó con aquel ramo de flores llorosas, agonizantes, que alguien sin entender, seguía regalándole todos los años a pesar de repetirle mil veces que no deseaba más flores, que no quería ver como se iban muriendo y, cogiéndolo con manos temblorosas las tiró encima de aquel lecho frío y escarchado y se alejo de allí.
Fue  bonito mientras duró. Fue duro al despertarse.
Y volvió a su tumbona, volvió a donde no pensó volver más, dejando atrás el frío y la agonía, mientras la parálisis la abrazó aquella noche, aquellas noches... todas las noches...
Fue bonito mientras duró. Fue duró al despertarse.


Foto: Carmela