Esa noche no podía dormir, como tantas y tantas noches.
Agua caliente, mate, cenicero y tabaco y su vela encendida, le acompañaban siempre, cuando dejaba vagar su mente por el pasado, presente y futuro.
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Recordaba su vida anterior como mujer, como un pozo de desdichas y falta de ilusión. Su cuerpo había casi muerto y, cuando el deseo hacia presencia, cerraba los ojos y se imaginaba sola, sentía sin desear saber con quien sentía.
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Tras el divorcio, triste y traumático, dejó de sentir de todo. Su cuerpo yacía sin vida, sin deseo...Se dedicaba a vivir tumbada, esperando que la muerte la llevase, sin que nadie le pudiese echar en cara que ella la había ido a buscar...
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¿A quien le interesa la vida de esa mujer?, me digo yo.
Una historia más, como la más vulgar de todas las historias. Una mujer como tantas otras, que dejaron de sentir, hasta que un día sintió de nuevo con fuerza arrebatadora...
Una mujer como tantas mujeres que pululan por ahí, que estando muertas resucitaron...
¿A quien le interesa esta historia?.
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Si hay alguien que la quiera seguir, aquí le dejo el espacio para continuarla.
Me gustaría que lo hiciesen, así esa mujer se daría cuenta de que su historia es la mas vulgar de las historias, tan vulgar como ella.
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Y entre calada y calada de su pitillo, seguía pensando en el pasado, presente y futuro.
Y sonreía....pero, ¿porqué sonreía?...
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Continuará... si queréis.
Mientras, voy a ver como amanece. Me gusta ver el amanecer.
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