El llegó en un momento de su vida en el que yacía inerte, sin esperanzas, sin ilusiones. Llegó en un momento, dónde ella había tomado la decisión más dura, dónde había roto con el pasado y, esto, le había llevado a un presente doloroso y un futuro desconocido. dónde no sabía como encajar.
Ella llegó en un momento de su vida dónde el miedo le paralizaba buscando la soledad, dónde era incapaz de encontrarse a si mismo, dónde ese futuro había sido frenado por temor a que con él apareciesen nuevos miedos a los que enfrentarse, en el cuál, sus pies habían dejado de caminar.
Se habían dado la mano, esa mano sin condiciones, sin exigencias. Se habían abrazado, encontrando amor sin condiciones, sin exigencias. Se habían apoyado el uno en el otro; uno se puso de pie, el otro comenzó a andar.
Ilusión, alegría, esperanza.... estas palabras desaparecidas en su vida, comenzaron a tener sentido de nuevo y, con una sonrisa en sus caras, miraron de frente el futuro, cogidos de la mano...
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