Te me escurriste de la piel
arañándome toda.
Te quiero recordar con una
sonrisa, pero nada borra las lágrimas que me causaste.
Eres sueño que acaba en
pesadilla, eres ilusión que se esfuma como el humo
Por eso no quiero que vuelvas
a mi, porque yo ya no te deseo.
Me acariciaste meloso, me
abofeteaste cobarde.
Por ti la vida dejó de serlo,
por ti la muerte fue un deseo.
Aléjate de mi, de mi vida no
formas ya parte.
Por mucho que todos te
vanaglorien, yo te desprecio y con eso me quedo.
Eres una enfermedad que
desgarra las entrañas,
Eres basura que empodrece las
almas.
Por eso yo no te quiero, sino
que de ti reniego.
Pero mírame a la cara! No aceches
como lobo buscando presa, que yo ya soy experta en esos lides del tira y
afloja.
¿Pero dónde estás? Que no me
quiero asustar… ¿ en dónde te encuentras? Dímelo que por mucho que doy vueltas,
no soy capaz de ver esa faz que conmigo quiere jugar.
Esa faz que con cara de
cordero pueda confundirme y vuelva a
sentir el cosquilleo presagio de un nueva historia feliz, que acabará en lágrimas
de deshecho.
No me asustes, pues te temo.